Dimensión Económica, IIEc-UNAM
Vol. 1, núm. 3, mayo-agosto del 2010

CONTENIDO

Deudas soberanas europeas y esfuerzos en pos de la estabilidad Transferencias condicionadas
e impuesto predial (Sinaloa, México)
España,
migración latinoamericana
La regionalización económica
del Ecuador: 2007
Crisis y recuperación
de la Economía Mexicana
Dinámica de población en China
a través de los censos
Reseña: El beneficio de no haber
sido latinoamericano
Reseña: Desarrollo y migración Nuevas publicaciones
Dimensión Económica, IIEc-UNAM
Icono
España como uno de los principales destinos
para la migración latinoamericana
Instituto de Investigaciones Económicas, UNAM

La movilidad de la fuerza de trabajo

Los procesos migratorios tienen efectos directos tanto para los países emisores como receptores. En el caso de estos últimos, el aumento de la inmigración significa que hay "[…] una demanda de fuerza de trabajo adicional, necesario para satisfacer su crecimiento económico, pero que también tiene un efecto sobre el mercado interno que se ve fortalecido por el consumo de los propios inmigrantes, por el aumento de la demanda que genera la mano de obra y le da un nuevo aliento al crecimiento económico" (Awad, 2008: 23). Los inmigrantes se incorporan al mercado laboral y, al mismo tiempo, al conjunto del circuito económico.

En lo laboral, la economía de los países receptores se ve fortalecida por el trabajo formal y también por el informal, porque las aportaciones de los inmigrantes 7 "[…] Los inmigrantes honrados no deberían llamarse propiamente "ilegales" (una palabra que connota y significa inconscientemente delincuentes), sino más bien "irregulares", "indocumentados" y "sin papeles", por lo que deben estar en el camino de regularizar su situación, documentarse y tener papeles. Para ello es necesario la actuación conjunta y compleja de los países de origen y del país de acogida; son necesarios unos mecanismos adecuados, que hagan posible que vengan desde su país con contratos, y que se les den facilidades de regularización a los que ya están dentro, como se ha hecho en otros países europeos y en España con frecuencia" (Calvo, 2005: 216). aumentan las ganancias del capital que los utiliza. La llegada masiva de inmigrantes, en los últimos años, significó un incremento de la oferta de mano de obra que, en consecuencia, tenía que aceptar condiciones que suponían un empeoramiento de la situación del mercado de trabajo en que se producía la inserción laboral de los recién llegados. Si su calificación era elevada tenían mejores posibilidades de obtener un empleo aunque realizaran actividades ajenas a su formación, pero el simple hecho de obtener un empleo ya significaba un cambio cualitativo de sus condiciones de vida aunque, en términos generales, se deteriorara el mercado de trabajo con la saturación de la oferta y la necesidad de hacer cualquier otra actividad catalogada como autoempleo o trabajador autónomo. En ese momento, las políticas migratorias se encaminaban en el sentido de proporcionar una fuerza de trabajo flexible y barata para determinados sectores de actividad, incluso a costa del desperdicio del obrero calificado, por ello no es extraño que se otorgaran múltiples permisos para realizar actividades, catalogadas como autónomas, alternativas a las necesidades de los propios inmigrantes. De este modo, se utiliza la fuerza de trabajo inmigrante para la valorización del capital a cuenta de la extracción de trabajadores de los países emisores y la formación de hogares trasnacionales, por lo que se aprovechan las ventajas de la mano de obra inmigrante (tanto legal como ilegal), sin asumir los costes de la reproducción (Oso, 2008: 564). En el caso de los países emisores, el desplazamiento físico de personas hacia el extranjero tiene como contrapartida cuando menos tres aspectos económicos a considerar: las enormes remesas que se convierten en recursos fundamentales para financiar el déficit de cuenta corriente, un incentivo para el consumo interno con la reducción de los índices de pobreza, al mismo tiempo que se dinamizan algunos sectores del mercado interno con el aumento de la inversión (Awad, 2008: 23). En este sentido, los organismos internacionales han señalado que la importancia de las remesas crece hasta tal punto que, en algunos países, llegan a convertirse en la segunda mayor fuente de financiación de la economía, de la Inversión Extranjera Directa (ied) y muy por encima de la ayuda al desarrollo que reciben. Para algunas naciones, las remesas son la principal fuente de divisas y, si las relacionamos con el Producto Interno Bruto (pib), resulta que los principales receptores de remesas en términos relativos son países pequeños con ingresos medios bajos, por ejemplo, en Haití, Nicaragua y Honduras las remesas representan 24%, 11% y 10% del pib, respectivamente. En tanto que para Ecuador y Guatemala el peso relativo de las remesas es de 6% del pib (Awad, 2008: 24), en países más grandes como México, suponen sólo 1.5%, mientras en Brasil corresponden solamente a 0.4%. En Perú, representan menos de 1.5% del pib y en Colombia, el tercer país latinoamericano receptor de remesas, su volumen es algo mayor, ya que representa 3.1% del pib (cepal, 2006: 25). Desde este punto de vista, las remesas suponen un mecanismo esencial de redistribución de la renta y la riqueza globales que, al parecer, supera las posibilidades de los programas de cooperación al desarrollo que han creado las sociedades ricas (Reher, 2008: 153).

Sin embargo, una de las consecuencias más serias de esta migración, común a todas las zonas en vías de desarrollo, es la constante pérdida de fuerza de trabajo calificada que se va del país definitivamente ya que la intención del migrante es quedarse en el país receptor. 8 En el caso de España, en una encuesta levantada en 2008, "[…] 81% de los trabajadores interrogados aseguró que pretende permanecer de manera definitiva en este país" (Reher, 2008: 133). Lo más preocupante de este proceso es que la migración se está concentrando entre la fuerza de trabajo más calificada, de acuerdo con los parámetros nacionales de los países expulsores; es una fuga creciente de profesionales con los grados superiores de sus países, y cuya educación y preparación significaron un gasto considerable para la sociedad de origen. Al salir se pierden estos recursos y se limitan aún más las posibilidades de desarrollo. 9 "… La idea de retorno para estas familias se presenta muy remota. La mayoría desea que sus hijos crezcan, se eduquen y trabajen en España" (Ramírez, 1996: 414). Es decir, el país de acogida recibe grandes contingentes de capital humano calificado, cuya formación no le costó nada; y el país atrasado pierde la población productiva que con grandes esfuerzos logró calificar. En este sentido, los flujos migratorios ajustan el mercado de trabajo mundial tanto del país de origen como del de destino, al adecuar la oferta y la demanda laboral.

El aumento de la migración y de las remesas ha hecho que América Latina y el Caribe concentren 30% de las remesas del mundo 10 Aunque no debemos perder de vista que son unos pocos países los que manejan el grueso de los recursos. México, Brasil y Colombia concentran 60% de las remesas en la región; en tanto Guatemala, El Salvador y República Dominicana participan con 20% (cepal, 2006: 25). pues en los últimos 25 años, en la región éstas pasaron de 1 120 000 de dólares en 1980 a más de 67 millones de dólares en 2007.

7 "[…] Los inmigrantes honrados no deberían llamarse propiamente "ilegales" (una palabra que connota y significa inconscientemente delincuentes), sino más bien "irregulares", "indocumentados" y "sin papeles", por lo que deben estar en el camino de regularizar su situación, documentarse y tener papeles. Para ello es necesario la actuación conjunta y compleja de los países de origen y del país de acogida; son necesarios unos mecanismos adecuados, que hagan posible que vengan desde su país con contratos, y que se les den facilidades de regularización a los que ya están dentro, como se ha hecho en otros países europeos y en España con frecuencia" (Calvo, 2005: 216).

8 En el caso de España, en una encuesta levantada en 2008, "[…] 81% de los trabajadores interrogados aseguró que pretende permanecer de manera definitiva en este país" (Reher, 2008: 133).

9 "… La idea de retorno para estas familias se presenta muy remota. La mayoría desea que sus hijos crezcan, se eduquen y trabajen en España" (Ramírez, 1996: 414).

10 Aunque no debemos perder de vista que son unos pocos países los que manejan el grueso de los recursos. México, Brasil y Colombia concentran 60% de las remesas en la región; en tanto Guatemala, El Salvador y República Dominicana participan con 20% (cepal, 2006: 25).

Dimensión económica, mayo-agosto, 2010, vol. 1. núm. 3, es una revista digital arbitrada de publicación cuatrimestral editada por la Universidad Nacional Autónoma de México: Ciudad Universitaria, Coyoacán, C. P. 04510, México, D. F. por el Instituto de Investigaciones Económicas, Circuito Mario de la Cueva, Ciudad de la Investigación en Humanidades, Ciudad Universitaria, Coyoacán, C.P. 04510, México, D.F., Tel. (55)56230160, http://rde.iiec.unam.mx , dieco@iiec.unam.mx. Editor responsable: Alejandro Méndez Rodríguez. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo Núm. 04-2009-110511395200-203, ISSN: en trámite con núm. de folio 00000094, responsable de la última actualización de este número, Erika Martínez López y Minerva García Palacios, Circuito Mario de la Cueva, Ciudad de la Investigación en Humanidades, Ciudad Universitaria, Coyoacán, C.P. 04510, México, D.F., fecha de la última modificación 29 de octubre de 2010. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Se autoriza la reproducción total o parcial de los textos aquí publicados siempre y cuando se cite la fuente completa y la dirección electrónica de la publicación. Créditos