Dimensión Económica, IIEc-UNAM
Vol. 1, núm. 3, mayo-agosto del 2010

CONTENIDO

Deudas soberanas europeas y esfuerzos en pos de la estabilidad Transferencias condicionadas
e impuesto predial (Sinaloa, México)
España,
migración latinoamericana
La regionalización económica
del Ecuador: 2007
Crisis y recuperación
de la Economía Mexicana
Dinámica de población en China
a través de los censos
Reseña: El beneficio de no haber
sido latinoamericano
Reseña: Desarrollo y migración Nuevas publicaciones
Dimensión Económica, IIEc-UNAM
Icono
España como uno de los principales destinos
para la migración latinoamericana
Instituto de Investigaciones Económicas, UNAM

Palabras clave: empleo, migración, tecnologías, crisis, capacitación.

Introducción

En la fase del desarrollo capitalista denominada globalización económica, el mercado de trabajo adquiere carácter mundial y uno de sus principios fundamentales es la liberalización económica, incluye a la fuerza de trabajo como un elemento central, aunque claramente diferenciado del mundo de las mercancías y con sus propias limitaciones. La economía política plantea cómo la acumulación crea por necesidad un sobrante de población trabajadora, lo que constituye una condición de existencia de la producción capitalista. Ese sobrante de población da forma al ejército de desempleados dispuestos para la expansión del capital. La modificación de la composición orgánica del capital intensificada por la innovación tecnológica sigue la marcha de la acumulación, al mismo tiempo que reduce cada vez más el número de obreros necesarios para poner en actividad una masa siempre creciente de medios de producción, que aumenta la cantidad de trabajo que el obrero individual debe proporcionar.

A medida que el progreso desarrolla las potencias productivas del trabajo, el sistema capitalista desarrolla también los medios de obtener más trabajo del asalariado, mediante la prolongación de su jornada o la intensificación de su esfuerzo; además de sustituir una fuerza superior y más cara con muchas fuerzas consideradas inferiores y más baratas: el hombre por la mujer, el adulto por el joven, un trabajador nativo por el inmigrante; el resultado es que se amplía la oferta laboral para que los trabajadores compitan entre sí y el empresario pueda ejercer sobre ellos una presión que los obliga a soportar más dócilmente los cambios que requiere la acumulación de capital.

En este sentido, la necesidad de que la fuerza de trabajo fluya hacia las empresas, países o regiones donde se requiere, intensifica la movilidad laboral. Esta situación no es un invento de finales del siglo xx y principios del xxi, ni siquiera es un problema nuevo del desarrollo capitalista: la migración laboral es parte de las necesidades de la acumulación capitalista, ya que la fuerza de trabajo es esencial para el proceso, aunque ahora sus expresiones –composición, magnitudes, direccionalidad, motivaciones y alcances– difieren con los contextos anteriores en relación con las dimensiones que alcanza hoy. La pugna por la obtención de esta mercancía especial involucra a todos los países, sea como sociedades receptoras, emisoras o ambos. 1 La importancia de este factor se observa, con mayor claridad, cuando se analiza la reconfiguración de los Estados-naciones, con sus fronteras y soberanía, con sus pasaportes, visados, permisos, licencias, estatutos, marcos institucionales, etc.; es un fenómeno de la globalización que crea aparatos burocráticos e institucionales de vigilancia de fronteras, que ahora se delimitan y vigilan con notable precisión (véase a Ariño, 2008: 251).

La globalización económica y la integración internacional 2 Al respecto, Buesa y Molero señalan: "Desde nuestro punto de vista, es más preciso hablar de globalización para referirnos a los cambios en la estructura de mercado y en la competencia de determinados sectores (aeroespacial, automóviles, semiconductores, etc.) que experimentan una verdadera globalización de la demanda en combinación con la existencia de una oferta fuertemente concentrada en unas pocas empresas que operan en un nivel mundial" (Buesa, 1998: 157). requieren de la liberalización del mercado para su expansión, aunque con un matiz cuando se trata de la fuerza de trabajo, lo que da lugar a una situación contradictoria: en general, mientras para las mercancías se impone la libre circulación, se busca controlar el flujo de trabajo, el cual se trata como un problema de seguridad nacional. Contrario a los principios de la libertad económica que se pregonan para todos los bienes y servicios, 3 Se afirma que "[…] vivimos en una aldea global, con un único sistema capitalista, que jerarquiza desigualmente el mundo, con libre circulación legal de capitales y mercancías, y sin embargo no es "legal" la libre circulación de trabajadores" (Calvo, 2006: 38). los países receptores de migrantes se esmeran en establecer mecanismos de control cada vez más sofisticados 4 Por ejemplo, en 2001 en España se aprobó un Plan que constaba de 72 medidas para hacer efectivos los controles fronterizos: instalación de censores infrarrojos, radares, unidades de interceptación, sistemas móviles de control, además de la especialización y formación de los funcionarios destinados a tales actividades (Rius, 2007: 252). de las migraciones laborales. Mientras los gobiernos facilitan la circulación de bienes y de capital con la firma de tratados de liberalización comercial por todo el mundo, se establecen barreras cada vez más complejas para impedir la circulación de personas. En España o Estados Unidos de América (eua) se refuerzan las patrullas fronterizas, se construyen muros, se colocan alambradas, instalan cámaras de visión nocturna, distribuyen censores de calor y movimiento, y se despliegan coches, camiones, helicópteros y aviones para impedir la entrada de ciudadanos provenientes de países pobres. 5 "En España se ha construido un doble círculo de muros alrededor de sus enclaves coloniales en el norte de África, Ceuta y Melilla, con una inversión de 280 millones de euros para la construcción de dos alambradas de seis metros de altura, jalonadas de torres de vigilancia y dotadas de censores de sonido y movimiento, focos y cámaras de vídeo. Las dos vallas están separadas por una carretera a lo largo de la cual la policía de fronteras patrulla repetidamente. Cada noche, la policía impide el paso a inmigrantes mediante el uso de porras, gas lacrimógeno y bolas de goma, mientras que sus guardacostas patrullan el estrecho entre Marruecos y España en busca de pateras, las endebles balsas que utilizan los desesperados africanos para cruzar" (Legrain, 2008: 29 y 36).

1 La importancia de este factor se observa, con mayor claridad, cuando se analiza la reconfiguración de los Estados-naciones, con sus fronteras y soberanía, con sus pasaportes, visados, permisos, licencias, estatutos, marcos institucionales, etc.; es un fenómeno de la globalización que crea aparatos burocráticos e institucionales de vigilancia de fronteras, que ahora se delimitan y vigilan con notable precisión (véase a Ariño, 2008: 251).

2 Al respecto, Buesa y Molero señalan: "Desde nuestro punto de vista, es más preciso hablar de globalización para referirnos a los cambios en la estructura de mercado y en la competencia de determinados sectores (aeroespacial, automóviles, semiconductores, etc.) que experimentan una verdadera globalización de la demanda en combinación con la existencia de una oferta fuertemente concentrada en unas pocas empresas que operan en un nivel mundial" (Buesa, 1998: 157).

3 Se afirma que "[…] vivimos en una aldea global, con un único sistema capitalista, que jerarquiza desigualmente el mundo, con libre circulación legal de capitales y mercancías, y sin embargo no es "legal" la libre circulación de trabajadores" (Calvo, 2006: 38).

4Por ejemplo, en 2001 en España se aprobó un Plan que constaba de 72 medidas para hacer efectivos los controles fronterizos: instalación de censores infrarrojos, radares, unidades de interceptación, sistemas móviles de control, además de la especialización y formación de los funcionarios destinados a tales actividades (Rius, 2007: 252).

5"En España se ha construido un doble círculo de muros alrededor de sus enclaves coloniales en el norte de África, Ceuta y Melilla, con una inversión de 280 millones de euros para la construcción de dos alambradas de seis metros de altura, jalonadas de torres de vigilancia y dotadas de censores de sonido y movimiento, focos y cámaras de vídeo. Las dos vallas están separadas por una carretera a lo largo de la cual la policía de fronteras patrulla repetidamente. Cada noche, la policía impide el paso a inmigrantes mediante el uso de porras, gas lacrimógeno y bolas de goma, mientras que sus guardacostas patrullan el estrecho entre Marruecos y España en busca de pateras, las endebles balsas que utilizan los desesperados africanos para cruzar" (Legrain, 2008: 29 y 36).

Dimensión económica, mayo-agosto, 2010, vol. 1. núm. 3, es una revista digital arbitrada de publicación cuatrimestral editada por la Universidad Nacional Autónoma de México: Ciudad Universitaria, Coyoacán, C. P. 04510, México, D. F. por el Instituto de Investigaciones Económicas, Circuito Mario de la Cueva, Ciudad de la Investigación en Humanidades, Ciudad Universitaria, Coyoacán, C.P. 04510, México, D.F., Tel. (55)56230160, http://rde.iiec.unam.mx , dieco@iiec.unam.mx. Editor responsable: Alejandro Méndez Rodríguez. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo Núm. 04-2009-110511395200-203, ISSN: en trámite con núm. de folio 00000094, responsable de la última actualización de este número, Erika Martínez López y Minerva García Palacios, Circuito Mario de la Cueva, Ciudad de la Investigación en Humanidades, Ciudad Universitaria, Coyoacán, C.P. 04510, México, D.F., fecha de la última modificación 29 de octubre de 2010. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Se autoriza la reproducción total o parcial de los textos aquí publicados siempre y cuando se cite la fuente completa y la dirección electrónica de la publicación. Créditos