Su obra inicial (...continuación)
El combate en contra de la “desviación de derecha” acabó con el propio Bujarin, dejando como cabeza “teórica” del movimiento comunista internacional a Stalin, quien nunca produjo una sola obra verdaderamente teórica. El termidor estalinista impuso revisiones considerables a la teoría marxista, por ejemplo la teoría del “socialismo en un solo país”, la aceptación acrítica, el culto icónico de Marx-Engels-Lenin, pero también de Stalin y la exclusión y aplastamiento (en la urss posterior al 29, el encarcelamiento y desaparición física aumentaron fuertemente, los grandes procesos de Moscú de 1936-1939 acabaron con la mayor parte de la dirección soviética de los años veinte) de cualquier disidencia a la línea general estaliniana. Si Marx había sido un antiestatista por excelencia, señalando que a medida que la sociedad avanza hacia el comunismo el Estado tiende a desaparecer, en la urss la estatización de toda la vida se equiparaba al “socialismo”, doctrina creada por los estalinistas.
En el inmenso páramo teórico que se produjo, cuando no sólo desaparecían las teorías “incorrectas”, sino también los teóricos y los libros de éstos eran quemados y expulsados de las librerías y bibliotecas públicas y privadas, pocas fueron las personalidades de un alto nivel profesional que sobrevivieron. Varga fue una de ellas. Los investigadores que como él se mantuvieron al servicio de la Komintern y la Unión Soviética, resintieron en su pensamiento y en sus obras las vicisitudes del periodo que el propio pcus ha denunciado como del “culto a la personalidad”, eufemismo que oculta demasiadas cosas como para que en esta ponencia pasemos a considerarlas. Estas breves menciones al marco en que se produjo la obra de Varga son necesarias para poder ubicar sus aportaciones, contradicciones y omisiones. Habría que adaptarse y sobrevivir, y nuestro autor se adaptó y sobrevivió.
En 1922, Varga escribe El periodo de decadencia del capitalismo, en el que continúa su análisis de la crisis permanente (Maya, 1994: 5). Según Mandel (1972: 306), es el primero en enunciar la noción de “periodo de declinación del capitalismo”, en los comienzos mismos del periodo de “estabilización relativa” del capitalismo. Así se iría conformando la noción de “Crisis General del Capitalismo”, que persistió hasta casi el final de la urss como el centro de “la interpretación marxista soviética del capitalismo” (Marcuse, 1969: 63).
En años posteriores Varga se dedica al estudio de la coyuntura internacional, en Berlín, y participó en los trabajos colectivos El movimiento agrario en los países capitalistas (1925) y Los partidos social-demócratas. En la primera obra incluyó su Bases generales de la cuestión agraria. Si hemos de creerle a su reseñista de la Gran Enciclopedia Soviética (1927: 794), en ese trabajo nuestro autor desarrolla algunas posiciones incorrectas, entre otras el reconocimiento de la ley de la fertilidad decreciente del suelo (Miliutin, 1925). Otras obras de importancia del periodo son: Crisis de la economía mundial capitalista (1923), El ocaso del capitalismo (1923), La economía mundial (1922) y Ascenso o caída del capitalismo (1924).
En sus Exámenes de la situación económica de los países del capitalismo monopolista de 1926, incluidos en la soviética Obras Escogidas, Levgueni Samuilovich (hijo de Samuel), como se le saluda amistosamente en su círculo de colegas, hace un resumen de la situación coyuntural de Inglaterra y de Alemania en ese año. Recordemos brevemente: acababa de pasar la huelga general inglesa de 1926, acontecimiento capital en la historia de ese país, durante la cual “las exhortaciones a la revolución radiadas desde Moscú” habían alejado a los “dirigentes sindicales y a una vasta mayoría de los trabajadores” ingleses; éstos “rehusaron la ayuda financiera ofrecida por los sindicatos soviéticos alegando que perjudicaría a su causa”; todo esto concluyó con la ruptura de relaciones diplomáticas entre Gran Bretaña y la urss en mayo de 1927, esparciéndose en Moscú “temores de guerra, o por lo menos que se produjera un bloqueo económico y financiero” (Carr, 1973: 124-125). Por ello es importante este trabajo, pues en él Varga (Trotsky, 1977: 1086) trata de justificar “científicamente” la política de los dirigentes soviéticos.