En 2009, Ana María Aragonés y Blanca Rubio coordinan el libro Nuevas causas de la migración en México en el contexto de la globalización: Tendencias y perspectivas a inicios del nuevo siglo; que junto con otros autores ofrecen una visión integral vinculada con la hipótesis principal del libro: el gran incremento en el flujo migratorio de mexicanos hacia Estados Unidos, particularmente de migrantes indocumentados. Este incremento se atribuye al nuevo patrón de acumulación capitalista que se manifiesta en ambos países entre 1990 y 2006. Por un lado, la consolidación del modelo neoliberal y la intensa apertura comercial en México, de donde consideran que éstas han transgredido en la economía y tenido un fuerte impacto en términos de desempleo e ingresos por remesas para el país; por otro, la fase de asenso del capitalismo experimentado por la economía estadounidense que desde 1980 se vienen dando de facto. Elementos que les permiten contextualizar a esta fuerza, caracterizándola como un mecanismo importante para el desarrollo del nuevo paradigma tecnológico que se hace visible, y que trasforma los procesos productivos y de trabajo en los países que lo han adoptado.
Los autores enfatizan que tales movimientos son diferentes a los presentados en otras épocas de la historia migratoria, la diferencia se halla en el carácter cualitativo de los flujos migratorios recientes, los que se trasforman según los requerimientos o condicionantes del mercado laboral; que si bien en su mayoría son indocumentados, los migrantes con alto grado de cualificación representan un papel principal para el desarrollo de la economía del conocimiento en los países altamente industrializados, donde Estados Unidos es el principal. Otro elemento importante que ha contribuido al incremento en el flujo de indocumentados son las políticas antimigrantes que lo han generado en parte.
Dos elemento más se destacan en Nuevas causas de la migración... El primero de ellos hace referencia a los "nuevos destinos migratorios", éstos entendidos desde la lógica de la relocalización de los procesos productivos incentivados por los importantes flujos de inversión extranjera directa (ied) que atraen, y por ende de la imperiosa necesidad de fuerza de trabajo migrante en distintos niveles de cualificación; dadas las características sociodemográficas que presenta la población estadounidense, hace de este flujo parte fundamental para su sostenibilidad económica. El segundo se refiere a los "nuevos estados expulsores" de fuerza de trabajo, los que ven en la migración una salida a los problemas estructurales del país resultado de la insuficiencia de las políticas públicas para revertir el fenómeno migratorio.
A lo largo de nueve ensayos los autores dan cuenta no sólo de los elementos de fondo del país receptor, sino también de las causas de origen de que mucha de la población mexicana vea en la migración (en el sentido estrictamente forzado) la posibilidad de mejorar en términos de salarios y empleos, de mejores niveles educativos, y en menor medida en busca de asilo político, entre otros detonantes que influyen en el comportamiento del flujo migratorio en su compleja heterogeneidad. En buena parte, que el sistema económico mexicano en materia de agricultura se encuentre desgastado o en muchos de los casos sea inexistente ha propiciado un flujo impresionante de migrantes de origen rural hacia Estados Unidos y en menor medida al interior del país. En este libro se muestran tales resultados desde una visión histórica-estructural del fenómeno, los que responden también a los cambios o fluctuaciones de la actividad económica en general de Estados Unidos.