2. Cooperación entre España y América del Sur
Las migraciones han impregnado la historia de Iberoamérica; marcan nuestro presente y constituirán un factor fundamental en nuestro futuro. Nuestros pueblos se han enriquecido con el aporte cultural, científico, académico, económico, político y social de los migrantes. Es nuestra obligación y nuestra responsabilidad continuar garantizando el impacto positivo de las migraciones en nuestros países, a la luz de lo dispuesto en el presente Compromiso.
Compromiso de Montevideo sobre Migraciones y Desarrollo de los Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Iberoamericana
La globalización, según Saskia Sassen (2003), ha agudizado las diferencias existentes entre los espacios del capital productivo en el mundo que históricamente ha construido las disparidades económicas, sociales y políticas en los diferentes territorios de la organización jerárquica del mundo en países ricos y pobres. Pronto la globalización es fundamental para el modo de producción capitalista, favoreciendo a los ricos, ya que pueden controlar la distribución de la riqueza y el poder entre los lugares.
El flujo de capital que circula de manera desigual hace que los países pobres sean responsables por la repulsión de la población. Así, de acuerdo con la teoría de la oportunidad, los migrantes buscan establecerse en países donde la situación económica es más cómoda, con el objetivo de encontrar trabajo allí (Todaro, 1979).
Se explica aquí la conexión entre la falta de desarrollo y la decisión de migrar. España establece a través de acuerdos y tratados la cooperación internacional para el desarrollo de los países sudamericanos como una medida para frenar la inmigración.
Tratar la inmigración en el contexto actual de la cooperación internacional parece ser una mejor opción de gestión pues la existencia de comunidades transnacionales, las dobles nacionalidades y ciudadanías cambian el comportamiento de los Estados frente a la comunidad internacional.
España recibe, como se muestra en el cuadro 1, un número importante de inmigrantes procedentes de América del Sur. Esta región experimentó en la segunda mitad del siglo xx cambios económicos y políticos generadores de los factores que han contribuido en cierta medida a las migraciones. Entre los factores "expulsores" podemos atribuir: la inestabilidad política de la región, desde los regímenes militares dictatoriales a los golpes de Estado; la dependencia económica y financiera del capital internacional, pues los préstamos a esos países provocaran altas tasas de inflación y altos niveles de desempleo.
Las variables se muestran en relación con los factores positivos en España, que llevaran a los inmigrantes a buscar su camino en el país. Las condiciones culturales, tales como la proximidad lingüística, la propiedad (a excepción de Brasil), que añade similitud cultural, la estabilidad económica después de la integración a la Unión Europea y las políticas migratorias en vigor que ponen énfasis en el respeto a los derechos humanos, han aumentado la posibilidad de que España sea considerado un país receptor de migrantes sudamericanos.