Evolución y tendencias del gasto público federalizado
La adopción del sistema político federal en México se manifiesta cuando el Congreso Constituyente de 1824 aprueba el "Acta Constitutiva de la Federación Mexicana". No obstante, para materializar esta forma de organización en la que el poder central por una parte y los gobiernos subnacionales por la otra distribuyen y ejercen poderes en forma independiente, fue motivo de conflagraciones entre conservadores y liberales desde 1847 al expedirse el "Acta de Reformas" hasta el pronunciamiento del "Plan de Ayutla" en 1856, cuando se reimplanta el régimen federal y posteriormente en la Constitución de 1857 (González, 1995).
La Constitución federal de 1917 si bien establece facultades y atribuciones entre los diversos niveles de gobierno, con el paso del tiempo este marco general –aun con las reformas constitucionales más recientes– resulta insuficiente para atender y constituir un autentico federalismo hacendario. Efectivamente, el Sistema Nacional de Coordinación Fiscal (sncf) al aplazar la coincidencia tributaria creó relaciones financieras intergubernamentales dependientes y transitó de un esquema resarcitorio hacia otro con carácter compensatorio.
Actualmente un impedimento toral para transitar hacia un sistema de coordinación hacendaria estriba en primer término en la carencia del sustento constitucional explícito que defina cabalmente las competencias y responsabilidades hacendarias entre los niveles de gobierno. En segundo término, si bien el sncf constituye un instrumento técnico para la ordenación del sistema fiscal, carece de la base constitucional expresa para la expedición de la ley de coordinación fiscal que le dé sustento.
Por otra parte, cabe reiterar la importancia de los cud en materia del gasto público federalizado y su descentralización, lo cual implica reconocer dos momentos en torno al sncf. El primero abarca de los años cincuenta hasta los ochenta, su objetivo era promover el desarrollo del país, dando impulso –como se mencionó– al esquema de inversiones hacia las regiones con mayor atraso socioeconómico y sobre aquellos sectores del campo, industria y comercio,2 Entre otros, los Programas de Desarrollo de la Frontera Norte; el Plan Interestatal de Yucatán; la Construcción de Ciudades y Parques Industriales en Diversas Zonas del País; el Plan Puebla-Panamá. donde el papel del cud y su instrumento operador, los coprades, logran con la participación activa de las entidades federativas institucionalizar dicha herramienta para la transferencia de recursos, iniciando formalmente la etapa de la descentralización del gasto. El segundo momento se caracteriza por la intensidad y recurrencia del gasto público con el fin de amainar la brecha de desigualdad, el cual inicia con la firma en 1983 del cud, impulsándose programas para atender problemáticas económicas y sociales concretas de las regiones de las entidades federativas y municipales.3Por ejemplo el Programa Integral de Desarrollo Rural (pider); Programa de Atención de Zonas Marginadas (pazm); Programa de Desarrollo Estatal (prodes); Programas Sectoriales Concertados (procec); Programa Emergente de Empleo dirigido a las Zonas Rurales y Zonas Urbanas Críticas (pezuc); Apoyos Económicos a Estados y Municipios (apem), etcétera.
2 Entre otros, los Programas de Desarrollo de la Frontera Norte; el Plan Interestatal de Yucatán; la Construcción de Ciudades y Parques Industriales en Diversas Zonas del País; el Plan Puebla-Panamá.
3 Por ejemplo el Programa Integral de Desarrollo Rural (pider); Programa de Atención de Zonas Marginadas (pazm); Programa de Desarrollo Estatal (prodes); Programas Sectoriales Concertados (procec); Programa Emergente de Empleo dirigido a las Zonas Rurales y Zonas Urbanas Críticas (pezuc); Apoyos Económicos a Estados y Municipios (apem), etcétera.