1.2. Contextualización de las migraciones de América del Sur hacia España
El tema de las migraciones internacionales es parte de la agenda política de los países en un contexto de tendencias importantes en el mundo actual. La migración y la globalización son procesos que se han desarrollado de forma conjunta. Los mercados de trabajo, por ejemplo, están en proceso de reestructuración por el flujo de personas y los avances tecnológicos. Tratan de crear las condiciones para la competitividad y la adaptación a las nuevas exigencias internacionales. Son los mercados laborales y de producción integrada que facilitan la circulación de personas, alentados por los sueños de una vida mejor, el trabajo, la búsqueda incesante de la integración social, y por último, la satisfacción y las aspiraciones del mundo contemporáneo.
Se debe analizar las migraciones según diversas perspectivas y variables que influyen en ellas. Los estudios de las migraciones y los crecientes cambios estructurales y conceptuales cada vez permiten una serie de estudios, desde los considerados tradicionales como las migraciones Sur-Norte, o los flujos de los países en desarrollo hacia países desarrollados en el eje Sur-Sur.
En América del Sur, las migraciones no son históricamente recientes. Se han dado desde finales del siglo xix con la inmigración europea. Sin embargo, las migraciones internacionales contemporáneas delinean niveles muy diferenciados de las migraciones del inicio del siglo xx. Están actualmente insertadas en incentivos traídos por la globalización, imbuidas de estímulos económicos, políticos y culturales. Parte significativa de las pesquisas acerca de las migraciones en América del Sur afirma que los flujos de mayor índice de movilidad tienen destinos como Europa y Estados Unidos. En el caso europeo, destaca el flujo América del Sur-España, que consideramos importante por la cantidad de individuos que buscan este país como destino.
Las migraciones contemporáneas se asocian con la búsqueda de mejores condiciones de vida, de trabajo, siempre hacia destinos que ofrecen posibilidades de alcanzar los objetivos económicos que los impulsaron a migrar. Sin embargo, las migraciones de los países sudamericanos hacia España están también imbuidas de las condiciones políticas y culturales favorables al fenómeno migratorio y la entrada en Europa.
En la década de 1980, los llamados Estados periféricos de América Latina estaban inmersos en crisis económicas, con grandes deudas externas y elevadas inflaciones. Algunos puntos de la crisis afectaron profundamente la economía latinoamericana. La política económica se enfocó a las renegociaciones de la deuda en un intento de reestructurar el sistema financiero y las actividades económicas frente al mercado internacional. En este contexto de cambio internacional, no solo desde el punto de vista económico, sino también político (durante este periodo también se da un proceso de redemocratización y el fin de los regímenes militares en América del Sur) se observa un crecimiento de las emigraciones. El vínculo colonial histórico existente con España facilita también el establecimiento de comunidades pues en el acto de migrar los individuos toman en consideración cuestiones subjetivas, más allá de los factores económicos, como el idioma, la religión y el derecho al Ius sanguinis.