Palabras clave: España, Unión Europea, crisis, Reformas estructurales, Fondo Monetario Internacional.
Introducción
La situación específica española de finales del año 2010 estuvo marcada por las imposiciones del Banco Central Europeo (bce) y el Fondo Monetario Internacional (fmi), centradamente en lo relativo al control del déficit presupuestario y al requerimiento de llevar a cabo reformas estructurales de nuevo cuño en materia laboral y en el sistema público de pensiones.
Dentro de ese contexto de crisis global, el presente artículo pretende mostrar cómo, si el "objetivo" real es que dichas reformas amortigüen los impactos de la actual crisis y conduzcan a la economía española hacia una senda de crecimiento y prosperidad, tales argumentos de las autoridades monetarias en torno a las "necesarias" reformas en el mercado laboral y el sistema público de pensiones español no tienen base científica alguna. Antes bien, por el contrario, dichas reformas estructurales parecen formar parte de las mismas "recetas" que el fmi lleva aplicando desde los años ochenta del siglo xx a cualquier país que haya enfrentado un problema de liquidez financiera, sin importar las características propias de su economía.
El gravísimo peligro al que se enfrentan ahora las economías de los países periféricos de la Unión Europea(ue)es tener que "aceptar" unas políticas que nunca fueron capaces de resolver el problema al que se enfrentaron sino que, además, han sumido en largos periodos de recesión y terribles aumentos de la pobreza y desigualdad a los países que, en desgracia, les tocó tener que aplicarlas.
De hecho, hasta entre los simpatizantes de este tipo de políticas se están alzando voces denunciando que éstas sólo van a servir para que la patronal y la gran banca sigan maximizando sus beneficios a costa de unas clases populares ya de por sí muy empobrecidas. El principal problema español, que no es otro que una carencia grave de demanda interna, se verá agudizado debido a la implantación de estas innecesarias reformas estructurales.
Estas reformas provocaron un otoño "caliente" en varios países de la ue, destacando Francia, con graves protestas, huelgas generales y disturbios; y España, con las fuerzas sociales enfrentadas al gobierno, mediante una huelga general. En cuanto a los sistemas públicos de pensiones, estas anunciadas reformas serán el "campo de batalla" de la próxima primavera en España, muchos países de la ue y Estados Unidos.
Ciertamente, este breve apunte no agota un análisis completo respecto de las anunciadas reformas estructurales. No obstante, sí puede servir de "orientación" para enfocar los principales lugares de conflicto de cara a análisis más profundos.