Conclusiones
La crisis financiera ha mermado el crecimiento económico mundial; de hecho, la publicación Perspectivas de la economía mundial da una proyección de crecimiento para este año 2010 de 2.5% (fmi, 2009: 1). Por su lado, Standard & Poor’s espera que el índice s&p 500 suba 11% (Thomasson, 2009). Por consiguiente, todo apunta a que los inversionistas seguirán gastando en activos especulativos, a menos que se realicen importantes cambios en la regulación, supervisión y normatividad sobre el otorgamiento de créditos en el terreno de los derivados hipotecarios.
Ante este panorama, el uso de la ley Glass-Steagall 5 La ley Glass-Steagall o Ley Bancaria fue aprobada por el Congreso de los Estados Unidos en 1933 como respuesta ante la falta de recursos de 5 000 bancos durante la Gran Depresión [The New York Times, 2009].
—derogada en 1999— que prohibía a los bancos comerciales participar como bancos de inversión, además, la Deposit Insurance Corporation fdic, permitía asegurar los depósitos bancarios a través de fondos asignados a los bancos (The New York Times, 2009).
Por otra parte, se debe analizar la conveniencia de sanear o desaparecer bancos como Bear Stearns y Lehman Brotters, situación que ha sido aprovechada por la banca comercial para fusionarse con este tipo de instituciones en quiebra y así desaparecer a la competencia.
No se debe olvidar que se está ante los efectos de la estanflación como explica Irving Fisher (1933) en su célebre investigación The Debt-Deflation Theory of Great Depressions que describe cómo la deflación ha pasado de los activos a las deudas y la caída de los precios, y la especulación es la situación previa al pánico sin importar el entorno.
Para los economistas, conocer la finalidad del crédito permite retomar nuevos elementos que ayudan a entender que el auge del crédito no se quiebra cuando funciona en el sistema de producción.
Dicho de otro modo, el análisis cuantitativo y cualitativo del crédito sugiere claramente tener la posibilidad de contar con un elemento cuyo papel de indicador sugiera la proximidad de un periodo de crisis. De esta forma el sistema de crédito parece muy capaz de crear su propia crisis, a juzgar por el crédito en el pasado, el éxito el crecimiento actúa para predecir las crisis financieras.
Así pues, la propuesta de la recuperación del ciclo económico por medio de la inversión debe ser llevada más allá de una jurisprudencia tradicional de la autoridad monetaria, del prestamista de última instancia o de proporcionar liquidez al mercado. Se debe evaluar la efectividad de los procesos de bursatilización de activos y la titularización de hipotecas de alto riesgo (derivados); no se debe olvidar que las crisis financieras ya tienen una dimensión internacional gracias al efecto contagio.
Finalmente, la pertinencia de seguir negociando con los valores de los bancos de inversión, los cuales garantizaban el suministro continuo de préstamos, debe ser un punto crucial. Y las ganancias de hasta 5.5 billones de dólares en un semestre (Scholtes et al., 2009) son un motivo de alerta y no de algarabía. Se debe tener presente que la fragilidad está latente en esta nueva fase del capitalismo moderno.
5 La ley Glass-Steagall o Ley Bancaria fue aprobada por el Congreso de los Estados Unidos en 1933 como respuesta ante la falta de recursos de 5 000 bancos durante la Gran Depresión [The New York Times, 2009].