Al norte de Egipto, en la ciudad de Alejandría, nace el economista Pierre Salama. Durante su época de estudiante se decide, primero, por la ingeniería pero, más tarde, dejaría las matemáticas para incursionar en el estudio de la economía. El autor se considera afortunado por haber tenido como profesor, durante dos años, al maestro del pensamiento: Celso Furtado; además, ha sido premiado por la Cátedra Julio Cortázar y, actualmente, es profesor de la Universidad París XIII.
En la década de los ochenta, comienza su pasión por América Latina, siendo su centro de investigación el desarrollo de las economías semindustrializadas. Entre sus diversas obras están: La dolarización. Ensayo sobre la moneda, la industrialización y el endeudamiento de los países subdesarrollados; La economía gangrenada. Ensayo sobre la hiperinflación.
En 2008, se imprime por primera vez en español: El desafío de las desigualdades. América Latina/Asia: Una comparación económica. Salama señala que si bien las relaciones entre finanzas e industria no han evolucionado del mismo modo desde el principio de los años noventa, hasta mediados de los años dos mil en las distintas economías de América Latina (y menos aun en las economías asiáticas), las características del crecimiento en estos países han sido, relativamente, similares: débil, con una volatilidad más (Argentina) o menos (México, Brasil) pronunciada.
Por otra parte, cita que la evolución de la pobreza depende en total de tres factores: el nivel de desigualdad, su variación y la tasa de crecimiento. Dice que: "si las desigualdades se mantienen constantes, el crecimiento actúa más o menos favorablemente sobre la población según su tasa y según el nivel de desigualdades. Cuanto más elevada la tasa de crecimiento, más significativa será la disminución de la pobreza…"; por ejemplo, el crecimiento en América Latina es modesto, mientras que en Asia es intenso. La volatilidad de este crecimiento se traduce en un aumento de las desigualdades que se pronuncian durante la crisis y que tiende a persistir al comienzo de la recuperación.
Ahora bien, América Latina, por medio de las medidas de redistribución del ingreso monetario en favor de las categorías más pobres, ha permitido disminuir coyunturalmente, la amplitud de la pobreza; pero, a su vez, no ha presentado un crecimiento estructural.
Asimismo, menciona que China es utilizado como ejemplo para los países subdesarrollados; pero la experiencia de este país refleja varios bemoles, tales como: la ausencia de democracia, fuertes daños al medio ambiente y crecimiento de las desigualdades.
Además de escribir sobre la desigualdad y la pobreza que existen en América Latina y Asia, también analiza la apertura económica a los mercados exteriores, planteando que se dé este fenómeno, la intervención del Estado y el crecimiento. Por último, habla sobre las instituciones, en donde sugiere que el Estado debería preocuparse más por una cohesión social.
Finalmente, Pierre Samala aprovecha el beneficio de no ser latinoamericano, porque logra ver desde el exterior esas desigualdades que existen en América Latina. Por otra parte, en su working paper: Argentina, Brasil y México en la tormenta de la crisis, manifiesta que los expertos fueron muy optimistas respeto de las economías latinoamericanas, debido a que las veían en una nueva fase con mayor crecimiento, menos volatilidad, desigualdad y vulnerabilidad frente a los choques externos. Sin embargo, al caer los mercados emergentes, estos mismos economistas declararon que nadie había previsto esta crisis, ¿quizá sólo deseaban pensar en ese nuevo cambio?
Bibliografía: Salama, Pierre 2008. El desafío de las desigualdades. América Latina/Asia: Una comparación económica. México, Siglo XXI editores. ISBN: 978-968-23-2748-3.