Palabras clave: Ecuador, desarrollo regional, regionalización.
Introducción
La regionalización en el Ecuador siempre ha estado definida por una serie de cuestiones históricas, políticas y sociales, dejando de lado las cuestiones económicas. El presente estudio pretende cambiar dicha visión al introducir el tema de la regionalización económica-funcional, puesto que constituye un nuevo enfoque de análisis que permite plantear, desde una visión más real, soluciones posibles para lograr un desarrollo más equilibrado y coherente con las estructuras de las regiones.
Lo que se intenta mostrar es que la actual regionalización político-administrativo, sobre la cual rige la planificación del desarrollo, asume que todas las regiones son homogéneas, desconociendo las diferencias y disparidades que presentan cada una de ellas, y las cuales se pueden observar desde la óptica de su funcionalidad.
El trabajo está estructurado en cinco secciones. En la primera, se menciona los distintos enfoques sobre la regionalización; la segunda se realiza una revisión teórica y sus aplicaciones sobre el tema; en la tercera, se presenta un análisis descriptivo de la información estadística utilizada en el estudio, haciendo referencia a su comportamiento espacial. La cuarta sección se enfoca en la definición de regiones funcionales; la quinta comprende comentarios finales a manera de conclusión.
El debate sobre regionalización
El enfoque espacial de la economía constituye una nueva visión para estudiar las economías nacionales, puesto que al incorporarla el espacio en el análisis económico permite delimitar regiones, identificar su funcionamiento interno y externo y determinar su comportamiento económico (Asuad, 2008).
Desde esta perspectiva, la idea de una regionalización económica funcional tiene como interés principal delimitar regiones que vayan más allá del enfoque político-administrativo, y que reconozca las diferencias y diversidades estructurales de las mismas, a la vez que permita conocer tanto su funcionamiento interno como externo.
Tras los estudios de Perroux (1955), las regiones se destacan por las desigualdades en la distribución de los factores productivos, a modo de asimetrías, en el capital, en la fuerza de trabajo, en las actividades económicas ─bien agrícolas, bien industriales─, entre los flujos o corrientes reales y monetarias, así puede decirse todo, menos que presentan homogeneidad.
Las regiones se pueden identificar desde diferentes criterios, así tenemos: región homogénea, región-sistema, región política, región plan y regiones nodales o funcionales (Gasca, 2008). Así, se pueden realizar diferentes regionalizaciones dependiendo de la característica que se tome como referencia y de los objetivos que se quieran alcanzar, ello implica que no existe un consenso para establecer la más adecuada.
La Ciencia Regional, por su parte, define a la región económica como un campo de fuerzas donde operan los agentes económicos que se relacionan por medio de los flujos de personas y mercancías, abandonando así la concepción básica de la contabilidad espacial, cuya importancia es determinar la mayor y menor acumulación de las fuerzas productivas.