De lo sofocante de la localidad a lo sofocante del cosmopolitismo
El amor bajo demanda que ofrece Internet puede representar también una salida a lo enajenante que puede ser vivir dentro de una comunidad pequeña, cerrada, artesanal y tradicional de países desarrollados y emergentes, ricos y pobres, del norte y del sur, frente a las propuestas de estilos de vida y consumo de las metrópolis.
En poblados pequeños en donde sus habitantes interactúan todos los días con los mensajes mundanos que ofrecen a toda hora los medios masivos de comunicación, sobre todo el cine y la televisión, y, en su caso, también el turismo, cuyas proposiciones encierran sistemas de creencias sobre estilos y formas de vida fascinantes que en apariencia son mejores que los propios, los servicios mundiales de búsquedas de parejas en Internet ofrecen la oportunidad de escapar de la localidad para llegar al cosmopolitismo que promete el sistema mundial capitalista en las grandes ciudades urbanas cubiertas de oropel, cuyas fantasías rebasan el esfuerzo que implica la integración y las exigencias de rendimiento, producción y consumo que reclama la metrópoli dentro de sus dinámicas complejas… de la cotidianidad del pequeño Tlayacapan, Morelos, a la majestuosidad de Montreal, Canadá.
La liberación de la estampa trágica del amor imposible de Romeo y Julieta
En nuestros días, el amor y las formas de amar son un importantísimo triunfo de la modernidad; su reivindicación radica en las nuevas maneras de buscarlo, encontrarlo, constituirlo y vivirlo; ahora, en la segunda modernidad o postmodernidad, el amor entre dos personas se independiza de la antigua oposición parental: el amor en la diferencia o en la igualdad, en medio de las luchas y de los resentimientos.
La desventura renacentista de los Montescos y Capuletos, Romeo y Julieta, es una estampa trágica que esclaviza al amor y lo encadena para siempre a odios familiares ancestrales ajenos a la joven pareja. Hoy, el amor se ha liberado de permisos políticos y parlamentarios, de las reglas estamentales y normas culturales y religiosas.
La emancipación del amor en la postmodernidad se cristaliza con el amor entre mujeres, entre hombres, entre blancos y negros, entre negros y asiáticos, entre católicos y judíos, entre ricos y pobres, entre mexicanos y rusos, y demás combinaciones. Tiene que ver más con el sentimiento sentido y con las dinámicas de libertad y elección que con los eslabones que lo fijaban y aquí, Internet exponenció todas las posibilidades.
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Amor-pareja y matrimonio-familia son dos binomios permeados por la economía y fundamentales para la reproducción política, económica, social y cultural de toda sociedad. Ahora en las sociedades contemporáneas a las que se les identifica como postmodernas y cuyos comportamientos individuales y colectivos se viven a partir de conquistas ideológicas a favor del multiculturalismo, feminismo o la diversidad sexual y en contra del racismo y los fundamentalismos estos ciclos de luchas sociales sistémicas y antisistémicas, la familia y su reproducción enfrentan múltiples y complejas crisis que desembocan en lo que ahora y por lo pronto se puede nombrar como posfamilia (Beck: 2000).
En nuestra modernidad, el largo plazo ya caducó, los lazos afectivos están en constante negociación y se cuestiona los tiempos y los roles: casarse, unirse, divorciarse, trabajar, cambiar de trabajo, de oficio, de profesión, estudiar, viajar, volverse a casar, tener hijos o no, mantenerlos, educarlos u olvidarlos, mudarse, jubilarse, etcétera.
Un ejemplo extremo y risible de la posfamilia contemporánea es la película de Hollywood Los tuyos, los míos y los nuestros, donde el matrimonio de Frank (Deniss Quaid) y Helen (Rene Russo) vinculan a 18 hijos que forman dos bandos correspondientes y se detestan entre sí. Y, otra muestra es el libro argentino Tuyos, míos, nuestros: cómo rearmar y disfrutar la familia después del divorcio, de Beatriz Goldberg.
En los espacios múltiples de vivir el sentimiento, se enfrentan por lo menos dos situaciones: La primera es la reproducción del imaginario cultural en la definición del amor y su búsqueda, y la segunda, las consecuencia del amor y su entrelazamiento con las biografías individuales y es aquí donde convergen Fromm, Bauman y Beck en relación con la superación de la separatividad de individuo, su aislamiento y angustia, la incertidumbre, el miedo y la finitud de cada elección de vida en la biografías individuales y la fragilidad de los vínculos sociales.