La reforma energética y la inversión extranjera directa
en el petróleo mexicano, 1948-2008.

Mtro. Luis Sandoval Ramírez

Resumen

Introducción

De 1948 a 1972

De 1973 a 1994

De 1995 a 2008

Bibliografía

PDF


De 1973 a 1994

El segundo gran período de involucramiento de las compañías petroleras en México se dio a partir de 1973.

La llamada "crisis petrolera" mundial de 1973 provocó, como se sabe, el aumento constante de los precios del crudo (con ganancias crecientes y de gran magnitud) hasta principios de los años ochenta, cuando se derrumbaron tanto la consolidación del cartel petrolero de la OPEP, como la elaboración de una estrategia múltiple por parte de los países occidentales para racionalizar su consumo petrolero, favorecer la exploración y producción de nuevos campos en países no miembros de la OPEP y reducir la capacidad de ésta para fijar el precio del oro negro. Unos meses después se descubrieron los gigantescos campos petroleros del sureste mexicano, lo cual le dio una nueva dimensión a la actividad de PEMEX y convirtió a nuestro país en uno de los principales abastecedores de petróleo de los E.E.U.U. Especialmente fue en 1978-82, en pleno vértigo de la bonanza petrolera, cuando las compañías extranjeras obtuvieron jugosas ganancias, la gerencia de la paraestatal se lanzó a una febril actividad de compra de equipos y suministros [Randall, 1989], perforación de pozos y construcción de ductos, llevando al máximo el endeudamiento del país y de la empresa, así como al derroche, la dilapidación de recursos y la corrupción.

Estos descubrimientos atrajeron, como moscas a la miel a las compañías petroleras transnacionales, que a través de compañías "mixtas", subcontratos, otorgamiento de licencias, etc. exploraron y en cierta medida explotaron una cantidad importante de pozos petroleros. La investigación completa al respecto está todavía por hacerse, aquí se señalan solamente algunos de los principales aspectos. Como indica una fuente: "Los grupos de perforación de PEMEX son bastante competentes en tierra firme pero no tienen el equipo ni la experiencia necesaria para las explotaciones marítimas..."

"Así, compañías norteamericanas han proporcionado los barcos perforadores que PEMEX necesita y aunque los manejan tripulaciones de PEMEX, se sabe que el número de "consejeros" norteamericanos es grande. PEMEX ha pedido a las compañías norteamericanas que están involucradas en este desarrollo marítimo (entre ellas a Brown y Root) que, como parte del trato, mantengan una actitud discreta. Generalmente, estas compañías trabajan para las mexicanas cuyos nombres son las que aparecen en los contratos, conservando un tipo de cordon sanitaire entre la compañía nacional de petróleo y las corporaciones extranjeras" [Sanderman, 1978: 48].

La irracional explotación, los altos ritmos de crecimiento de la producción, pero también del endeudamiento de la empresa paraestatal requerían de tecnología, asesoramiento y conocimientos que sólo las compañías extranjeras podían ofrecer en el corto plazo, pues ya había comenzado la estrategia de sabotaje desde los altos mandos del gobierno mexicano. Muestra de ello: la constante obstaculización a las actividades del Instituto Mexicano del Petróleo y al desarrollo de tecnologías propias. Las compañías "mixtas" que más recibieron publicidad en este período fueron entre otras, la de Permargo (propiedad de Díaz Serrano, Bush, y otros) Protexa, Sedco, Exlog, etc., así como la ya citada Brown and Root, una subsidiaria de Halliburton con muchos años de experiencia en México, la cual ganó un contrato de ingeniería y construcción por $500 millones de dólares para desarrollar una producción inicial de 360 mil barriles diarios de la Sonda de Campeche; y la tejana Rowan Companies, la Tenneco International America Inc. contratada por PEMEX para los servicios de ingeniería de la construcción del inútil, costoso y enorme gasoducto de Cactus en la frontera con los E.U.A., junto con ICA y la Bechtel norteamericana, unidas en una Joint Venture llamada BICA [Mancke, 1979: 88; Fagan y Nan, 1979: 382-428]. La Hércules y Dupont (que absorbió a la Conoco Oil en 1981 en una de las más grandes fusiones de los últimos años), formaron también una "Joint Venture" con Alfa. Sedco y Exlog son también norteamericanas, la primera propiedad del Gobernador de Texas William Clement [Castillo, 1984: 162]. Las NFI abundan en el petróleo mexicano, pero también en otras ramas industriales las compañías "mixtas", etc., han proliferado3, para muestra bastaría señalar la coinversión del gobierno mexicano con la Pan American Sulphur (EUA) en la Azufrera Panamericana; la creación de la Compañía Mexicana de Exploraciones en la que participan conjuntamente PEMEX y la Seismograph Service, Co. (EUA), la Compañía Minera de Cananea, inversión conjunta en los ochenta del siglo pasado de NAFINSA y Financiera BANAMEX con la Green Cananea Cooper y la Anaconda, etc.


3 Esta situación es general para todo el petróleo del Tercer Mundo: "Las nacionalizaciones y las participaciones han dejado importantes cantidades de petróleo en manos de los Estados productores, que pueden comercializarlas fuera de las compañías. En efecto, los Estados tratan de vender directamente su parte de petróleo a cambio de materiales "avanzados", colaboración tecnológica, etc. Es así como europeos y japoneses se han lanzado a firmar acuerdos bilaterales. Encuentran en ellos ventajas considerables puesto que de esa manera pueden equilibrar sus gastos en divisas –gastos cada vez más elevados- mediante la venta de productos, de fábricas "llave en mano", de materiales pesados, etc., venta que tiene por añadidura la ventaja de hacer girar sus economías a un ritmo acelerado". Pierce, 1974: 96.





Vol. 1, Núm. 0, mayo-agosto/2009, ISSN: en trámite D.R. © Dimensión Económica, Revista Digital
Instituto de Investigaciones Económicas-UNAM, Ciudad Universitaria, México D.F.
Se autoriza la reproducción total o parcial de los documentos aquí presentados,
siempre y cuando se cite la fuente completa y su dirección electrónica