Crisis: su impredecible comportamiento y su aun lejano final. |
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Dra. Alicia Girón |
1. Titulización y financiarización
En el marco de la globalización, la titulización cobró fuerza creando las finanzas estructuradas que invadieron a todo el sistema financiero internacional. En este proceso, la rentabilidad de los intermediarios financieros bancarios y no bancarios transformó la administración gerencial productiva en una administración financiera; la creación y realización del valor se separaron del proceso de producción y circulación para crear valores financieros ficticios. En varios países desarrollados, encabezados por EUA, la titulización se propagó incluso a la forma en que se financian municipios o ayuntamientos.
La financiarización es el núcleo de la actual crisis. Los actores de este proceso son los intermediarios financieros bancarios y no bancarios. Para dar un ejemplo del crecimiento de las finanzas estructuradas, baste señalar que las sociedades financieras constituidas por los fondos de inversión en Estados Unidos se multiplicaron por tres en el periodo 1952-1979 y otra vez por tres en 1979-1992 [Duménil y Levy, 2007:162]. Según el Banco de Pagos Internacionales [2008] en el mercado internacional se ha acumulado aproximadamente una cantidad superior a los 67 trillion dollars o 67 billones de dólares en los mercados financieros. Estos derivados calificados por las grandes y más importantes corredurías como vehículos de inversión rentables, hasta hace año y medio ahora se consideran "instrumentos tóxicos". Esto significa que los precios de tal cantidad de instrumentos financieros se han desplomado. Ante esto, ningún paquete de rescate podrá salvar a los bancos cuyos activos se encuentran en derivados. Los "instrumentos tóxicos" han puesto en jaque a la economía mundial. Las agencias: Moody’s, Standard & Poor's y Fitch que calificaron a dichos instrumentos como buenos, muy buenos y hasta sobresalientes, empezaron a degradarlos desde mediados de 2007, por lo cual ahora son considerados "tóxicos".
Lo interesante de este proceso es que los particulares invierten en los fondos a través de los inversionistas institucionales. Los particulares poseen todos los fondos de pensiones y dos tercios de los mutuos. Indiscutiblemente esto va ligado a las operaciones realizadas por las sociedades por acciones. Con ello se siembra el gran cambio de la administración gerencial de las empresas, tanto productivas como financieras, donde la rentabilidad de los títulos cobra gran fuerza y se desarrolla con gran rapidez el proceso de titulización. Esto sucedió en Estados Unidos, Europa y Japón. No quedan inmunes a estos acontecimientos los mercados emergentes que transformaron sus sistemas financieros con base en los principios del Consenso de Washington.
Por otra parte, los circuitos financieros nacionales se entrelazan con los circuitos productivos internacionales insertándose en la internacionalización de los circuitos productivos y financieros en un contexto de globalización.
En EUA se pasó de un sistema regulado por la Ley Glass Steagall (1933) a uno que permite no sólo las operaciones fuera de balance sino también la participación de la banca comercial en operaciones que eran únicamente de la banca de inversión; ello gracias a la Ley Gramm-Leach-Bliley (1999) (Kregel, 2008:11). En este proceso de financiarización se gesta el endeudamiento de las familias y de las empresas así como los contratos de derivados.
Vol. 1, Núm. 0, mayo-agosto/2009, ISSN: en trámite D.R. © Dimensión Económica, Revista Digital
Instituto de Investigaciones Económicas-UNAM, Ciudad Universitaria, México D.F.
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