Los cambios en la economía mundial a raíz de la crisis financiera global, generaron crecientes reacomodos de los flujos de comercio y de capitales, en parte por modificaciones en las paridades cambiarias. La magnitud de la crisis iniciada en 2007-2008 y la pérdida de dinamismo que provocó en la actividad económica mundial, debe impulsar las necesarias reformas en el sistema monetario y financiero internacional.